EN
ESCENA…
En un intento por vender su anillo ella recurrió al taller del orfebre sin saber que en su camino se toparía con el hombre que le cambiaría la vida y el destino de su matrimonio.
Por:
Milagros Choque Chura
Cercado
choquemilagros@gmail.com
CERCADO. La obra estuvo armada con diferentes
elementos que ayudaron a su personificación
|
Un teatro que empezaba a llenarse poco a poco. Era el ruido de las
murmuraciones y las bolsitas de “canchita” lo único que se podía escuchar
adentro. Algunos observaban los alrededores y aguardaban a que abran el telón.
Afuera, las personas caminaban dirigiéndose a cualquier lugar menos al teatro
municipal. Dos jóvenes que tenían volantes en la mano les extendían uno de
ellos, con la oportunidad de animarlos a ver la función. Cuando alguien
ingresaba se le entregaba un papel con la información de la agrupación que
realizaba el evento.
Las luces se apagaron y lo primero que se
escuchó después de diez segundos fue el grito de un joven del auditorio guiado
por su euforia. Brevemente después una voz masculina presentó la obra y una
pequeña síntesis de la realización del evento. Las personas que se ponían
cómodos en los asientos fueron dejando de lado cualquier distracción para
observar la primera presentación de la obra “El taller del orfebre”, escrita
por Juan Pablo II. Las luces poco apoco se fueron encendiendo haciendo la
apariencia de un bello amanecer.
El acto comenzó. Se ponen en escena un hombre
y una mujer, ellos son una pareja que recuerdan el día en que él le pide
matrimonio a ella y cómo deciden unir sus lazos en una ceremonia sagrada. El
escenario está formado por un colgador donde se encuentra un vestido de bodas,
blanco (símbolo de pureza), una mesa, encima de ella un espejo, dos sillas
(primer escenario), un mostrador de joyas, una puerta (segundo escenario), un
sillón para seis personas y una mesita
de sala (tercer escenario).
La mujer agarra un velo y empieza a cocer,
mientras que va contándole a su marido lo que pasa con la familia de su futura
nuera. Esta familia tiene sus propios problemas y todo gira en torno a su matrimonio, las luces se disipan y todo
queda en oscuridad, se escuchan los aplausos del público y luego un silencio
que sabe a curiosidad.
EL
ORFEBRE, UNA LÁMPARA Y UNA VIDA NUEVA
Jesús suele
limpiar tus lágrimas
en el momento
preciso
|
La mujer no sabe quién es y a lo mejor muchas
de las personas del público tampoco lo sabían, esas que observaron la obra
gracias a la invitación de alguien. En nuestras vidas sucede lo mismo decimos
ser católicos y sin embargo le echamos la culpa a la sociedad de nuestro
actuar, desconocemos a Jesús sin saber que él está allí esperándote.
Al público le brilló los ojos ese tipo de
escenas conmovedoras (lo observé en sus rostros), ojalá le brillara también el
corazón para perdonar a su prójimo como lo hizo la mujer casi al final de la
obra con su esposo y así salvó su matrimonio.
Perdí la cuenta de cuántas veces se prendió y
apagó las luces para dar paso a una nueva escena. Te puedo contar esta historia
echa teatro pero sé que tú lo debes saber mejor que yo, pues puede ser tu
realidad o la de un amigo que te contó una situación similar. Juan Pablo II no
hizo más que retratar en las líneas de su obra la vida de una pareja actual o
de hace años, casi no ha variado.
Sigo observando la obra atentamente a punto
de conmoverme, cuando siento una mano pequeña y suave que me agarra la chompa.
Es un niño que está vendiendo golosinas, seguro mandado por su madre o padre
pero sobre todo por la necesidad. No le compro nada, cuento con dinero, pero
hay algo que impide que saque las monedas de mi bolsillo para darle, creo que
es mi tristeza mezclada con la indignación y ahora convertida en cólera.
Siento que hice mal en no comprarle nada,
pero luego mis pensamientos se desvanecen para seguir concentrándome en la
obra. El niño se retira y se va por otros asientos. Entra una pareja de jóvenes
que tienen dificultades. El problema gira en torno a la familia de la chica,
donde su padre es un alcohólico y su madre una mujer que sufre las agresiones
emocionales de su marido. En este caso el chico es el que da soluciones para
salvar la relación y tras una larga conversación él decide proponerle casarse.
Ella quien al comienzo se emociona luego
se transforma en la chica problemas y lo ve imposible. El temor aquí se
convierte en un factor importante, pues la jovencita siente que cuando pasen
los años se convertirá como su madre, una mujer abandonada y sufrida. El chico
le habla que a pesar de todo el la seguirá amando. Ella queda convencida y una
vez más se apaga las luces.
La esposa que anteriormente estaba decidida a
vender su anillo, ahora estaba dispuesta a perdonar. Las palabras edificantes
de Jesús fueron claves en la obra, con el mensaje de la parábola de las
vírgenes.
•Comenzó a las 19 horas
y culminó a 20 horas
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario