SOLAS
EN LLAMAS
VIVIR EN CONDICIONES PRECARIAS Y APUNTO DE
PERDERLO TODO HACE PENSAR QUE LA VIDA ES MÁS IMPORTANTE QUE CUALQUIER OTRA COSA
Por:
Milagros Choque Chura
Cercado
choquemilagros@gmail.com
Villa María del Triunfo. Epifania Chura radicaba en
este lugar cuando recién se comenzaba a poblar
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En el año 1985, Epifania Chura Mamani tenía 20 años,
ella es natural de Moquegua pero radicaba en Lima. Tenía dos niñas, una de
cuatro, Gisela Carbajal y otra de un año, Alexandra.
Todas las mañanas salía a vender verduras al mercado
de la Parada para ganarse la vida y unas cuantas monedas que apenas le
alcanzaban para comer y comprar la leche para la menor de sus hijas.
Los
vecinos la mayoría de ocasiones se muestran
solidarios para ayudar a apagar un
incendio.
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Aquel martes 23 de agosto de 1985 se levantó a las
4:00 horas para ir al mercado, dejó la comida preparada y se dirigió a su trabajo acomodándose el abrigo para
esperar una combi.
A las 6:00 horas cuando las pequeñas se levantaron,
Gisela sacó el fósforo de la cajita donde lo guardaba su mamá y empezó a
prender la cocina a Kerosene, luego puso la olla encima y bombeó para que
calentara rápido. Como Alexandra lloraba de hambre, su hermana se desesperó y
bombeó con más fuerza. Bombeó tanto que hizo que la cocina se inflamara y
saliera una enorme llama. Llena de temor se dirigió a traer agua, pero por el
nerviosismo de la niña se tropezó e hizo caer la cocina junto a la olla.
El fuego se expandió por la casa que estaba
construida rústicamente por esteras y cartones. Rápidamente sacó a su hermanita de la casa y corrió a pedir
ayuda a la vecina más cercana. La señora tuvo que traducir las palabras mal
pronunciadas de Gisela - ¡chichiu! Casa chiu, casa chiu, quema mana- la vecina
que preocupada observó la casa-¡Ay! ¡La casa se quema!
Al cabo de un rato, puso a salvo a las niñas y llevó
dos baldes de agua en ambos miembros para apagar el fuego y lanzó un gritó para
alertar a los otros vecinos. Los que escucharon se apresuraron a llegar con
agua y tierra hasta que el fuego quedó sofocado.
SIN
MUCHOS DAÑOS MATERIALES
Cuando ya se acabó el fuego por completo, los
vecinos se miraron y se preguntaban las causas del incendio de pequeñas
proporciones, luego decidieron entrar en la casa para ver los daños materiales.
Afortunadamente no hubo muchos por que las llamas fueron atajadas por los
costales de arena que tenían dentro de la casa.
Arriba en la foto. Gisela Carbajal
cuando tenía dos
años
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La vecina que se llamaba Laurencia dejó que las
niñas se quedaran hasta que llegara su mamá.
Cuando ya eran las 16.00 horas Epifania llegó y
entró a su casa, sintió un olor a humo y
vio la arena por todos lados, buscó a sus hijas y no estaban. Le entró una
angustia y corrió en dirección a la casa de Laurencia, que es la más cercana.
La vecina que salió al primer toque de puerta la hizo pasar y le contó lo
sucedido.
Epifania se conmovió y derramó unas lágrimas que
fueron saliendo a medida que su hija Gisela se asomaba por detrás de la vecina,
corrió hacia ella y la abrazó con fuerza, luego besó a las dos pequeñas. La
vecina que había reflexionado sobre lo sucedido le pidió quedarse con las niñas
mientras ella iba a vender al mercado- además que me hacen compañía, míreme
tengo 54 años- Epifania aceptó contentísima y le agradeció por el favor.
Salió de la casa de Laurencia con la más pequeña en
su regazo y la otra de la mano y se dirigió para acomodar lo que las llamas
hubieran podido acabar de consumir ese día.
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